Menelao, el Rey de Esparta,
era cónyuge de Helena.
La tenía más que harta,
y ella, al fin, se la hizo buena.
Por aquello del honor
-que ella no es ninguna joya-
Menelao echa vapor...
y se monta la de Troya.
Pedro Sánchez desatina
y abusa de su poder
rompiendo con Argentina,
por cuestión de su mujer.
(Punto de comparación
discutible con Helena,
que, aunque fuera algo pendón,
estaba bastante buena)
Pero Pedro es un soberbio:
Cuanto más rabioso está,
más se acuerda del proverbio
ése de l’État, c’est moi.
El ridículo del Guapo
es de tales proporciones
que le deja como un trapo
ante el mundo y sus naciones.
Mis convicciones son firmes, mis abdominales no tanto.
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lunes, 20 de mayo de 2024
MENELAO
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