La portada de EL CORREO es un ejemplo perfecto de catastrofismo climático: si no frenamos las emisiones de CO2 rait nau, los tornados entrarán por la Ría del Nervión, y San Sebastián será Venecia con pinchos de diseño.
El cambio climático no lo discute nadie o casi nadie, lo que está en discusión es que ese cambio esté en relación directa e inmediata con la actividad humana, y sobre todo: que lo que hay detrás del catastrofismo político sea la santa preocupación por el planeta.
El concepto "emergencia climática" implica decisiones que no necesitan ser analizadas ni discutidas: son "urgentísimas", así que, si te dicen que tienes que comprarte un coche eléctrico, pues te lo compras o vas a pie. ¡Ah! Y tienes que tragar con la subida de todos los impuestos, para que el Gobierno destine tu dinero a la salvación del planeta.
No discutan, negacionistas, o les echamos a la niña Greta. ¡Circulen!
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