Vuelve ya la embajadora
de Marruecos, en plan chulo,
exigiendo sin demora
que le besemos el culo.
Y es que nuestro presidente,
desastroso mequetrefe,
se somete humildemente
a lo que diga su jefe.
Subterfugios nada nuevos,
los de la nación vecina:
hoy sólo pide los huevos,
pero quiere la gallina.
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