Incluso con un conejo
se vive de maravilla,
pero, cuando te hagas viejo,
no te va a empujar la silla.
Como el porvenir arraiga
sobre nuestras decisiones,
podría ser que no haiga
quien nos pague las pensiones.
Mis convicciones son firmes, mis abdominales no tanto.
Completamente de acuerdo Mesié. Es tremendo.
ResponderEliminarSaludos.
Así mismo
ResponderEliminarSaludos, dilectos lectores.
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