sábado, 29 de enero de 2022

HISTORIA (RECIENTE) DE NUESTRO CINE

 EL MUNDO publica hoy un interesante artículo sobre el momento en que el cine español se divorció de su público. Corría el año 84. Pilar Miró, Directora General del asunto, no quería más "cine para fontaneros". El mismo pijerío despótico disfrazado de nobles intenciones que tanto hemos visto y seguimos viendo. 
El resultado lo tienen ustedes en taquilla. No digo que todo lo que se estrena en España sea malo, pero lo poco que se salva nada debe a Pilar Miró y sus sucesores:



Pilar Miró no quería
"cine para fontaneros".
En el Arte, los senderos
los abre la progresía.
Y como el pueblo es tan bruto
y no sabe lo que es bueno,
hay que abonar el terreno
para que el árbol dé fruto.

Esto, sermones aparte,
consiste en dejar que muerda
sólo el  que se arrima al Arte
por la acera de la izquierda.
Si tú te pagas el ocio,
comprarás lo que te gusta,
y esta profesión augusta
no debe ser un negocio.

¿La gente quiere morralla?
Eso se arregla enseguida:
se llevará a la pantalla
lo que el Gobierno decida.
Cuando gobierna la Izquierda,
se hace por la puta cara,
y cuando no, bajo cuerda,
que la Derecha lo ampara.

Ostracismo al disconforme,
pertenencia a un solo bando,
y sobre todo, una ENORME
vocación de ordeno y mando.
Todo está bajo control,
aunque es malo de cojones.
Así es el cine español,
gracias a las subvenciones.

9 comentarios:

  1. Querido Monsieur, aquí el republicano-vegano-conservador-concebollista, espero que todo vaya estupendamente pero déjese de blogs y vuelva a twitter, joder,que es donde está el campo de batalla.
    Pero sí, los complejitos de la izquierda... sobre todo con Francia... no sé si es más repelente un parisino (a los que tampoco tragan el resto de los franceses) o un español acomplejado con los franceses... qué espanto. Yo que soy andaluz de vez en cuando me topo con un nacionalista andaluz acomplejado con los nacionalistas catalanes y vascos, que a su vez son otros acomplejados. Es una especie de fractal de la idiotez.
    Pues sí, entre esos fontaneros estaba mi padre que era liberal/conservador como un servidor pero no era vegano (le atraía poco el reino plantae...salvo para la cerveza y el vino) y no era republicano.. ah, y era sincebollista. Además era una de las personas más brillantes que he conocido en mi vida y disfrutaba como un loco viendo películas que hoy se consideran "españoladas". Durante su enfermedad esas "españoladas", ese "cine para fontaneros" fue un bálsamo importantísimo que le permitía distraerse y de dejar a un lado la angustia por una muerte que sabía cercana.
    Pero qué asco... de verdad... qué hato de analfabetos que se leen un puto libro en su vida del que no entienden ni la mitad y se creen superiores al resto. Los complejos, querido Monsieur, son fractales... repiten infinitamente su estructura. Sabe otra cosa que suele tener un crecimiento fractal? Los tumores.
    Vuelva a twitter y déjese de blogs. Se le echa de menos, joder.
    Viva España.

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    1. Su padre de Vd. era un gentleman como ya no queda.
      Dios le tenga en Su gloria.
      Un abrazo.
      Y aquí me tienen, que no todo va a ser Tuiter.

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    2. Querido Monsieur, gracias por sus palabras.
      Nos veremos por aquí pues.
      A ver cuando crean los de Bilbao un internet propio, que se me está empezando a caer el mito.
      Un abrazo!

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  2. Mesié, ¡por Gog y Magog!,
    vuelva donde el pajarito.
    ¿O le parece bonito
    hacernos venir al blog?

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    1. Según la Biblia, Magog
      era el hijo de Jafet.
      A mí, gracias a este blog,
      me va a fichar Mediaset.

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  3. Me encanta su forma de escribir.
    Personalmente, prefiero un libro.
    Ójala se fomentara más la lectura desde las instituciones en vez de fomentar el cine.

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  4. Un libro está bien, y un filete también.
    Eso no le quita méritos al Cine, que es un género maravilloso.
    El problema es la necia idea de que ha de ser siempre "un Arte", y no industria del entretenimiento, entregado a sus consumidores, y no a la censura ideológica del Poder Subvencionante.

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  5. Un repaso de altura a esta progresia rancia y pijotera.
    Los fontaneros, profesión honorable omo la que más, dió de comer a españolitos currantes, sin preocuparse de si el nuevo cine hecho por vagos, representaba la sociedad española.

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  6. La expresión indica la intrínseca falsedad de esta ideología, cuya legitimidad se ampara en una clase social a la que desprecia.
    El único contacto que tienen con la clase obrera es el servicio doméstico. "No me llames señora, llámame Isabel", decía una conocida progre a su interina, y luego le racaneaba la Seguridad Social.

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