Allá por 2012, Fray Josepho y un servidor todavía nos teníamos cariño y cruzábamos en Tuiter sonetos como estos.
Principia el fraile:
SONEPIO:
Una noche Sanfuá se extrajo un ripioal hurgar con el índice en su napia,
y un ¡eureka! febril saltó la tapia,
despabilando a medio municipio.
“Esto es solo” —se dijo— “un buen principio”;
y con porfía terca y escolapia,
perseveró en hurgarse (cual terapia)
y se sacó otro en –ado: un participio.
Voluntarioso y lleno de amor propio,
de secreciones verdes hizo acopio
por intentar librarse de su inopia.
Y ahí lo tienen, ripia que te ripia,
empantanado en honda celotipia...
que solo se le alivia si me copia.
Y cierra el monsieur:
Descienden del Olimpo, junto al Cielo,
las aguas del talento, Fray Carpanta,
mas, antes de llegar a tu garganta,
las Musas se lavaron el majuelo.
Excretas, rimador de medio pelo,
poemas que el Demonio los aguanta.
(La misma calidad, o casi tanta,
los mocos que rezuma tu pañuelo)
Del naso y otras glándulas soeces
proceden tus versículos, y a veces,
la Musa te sorprende en el retrete...
No hay ojos espiándote, no temas:
Cualquiera al que le endiñes tus poemas
dirá que te los sacas del ojete.
Geniales, se echan mucho en falta sus controversias y se agradecen estos regalos.
ResponderEliminarA mandar.
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