El mar, la mar... andrógina en pronombres,
que a veces es azul y a veces negra.
Furia que hasta la roca desintegra,
qué no hará con los hombres.
El mar, la mar... ¿Adónde va la gente
que de ti no regresa?
¿Eres la misma mar pontevedresa
que llama a navegar hacia Occidente?
El mar, la mar... Te cercan crucifijos
en túmulos vacíos,
de padres que recuerdan a sus hijos.
-En vano los nombráis, porque son míos.
Precioso homenaje. Ójala sus familiares encuentren paz entre tanto dolor.
ResponderEliminarÓjala al menos tengan el consuelo de encontrar sus cuerpos.
EliminarLa vida es bien preciado que no tiene precio, valientes trabajadores, todo mi respeto..
ResponderEliminarHay profesiones en las que no encuentras un ateo.
EliminarQuerido Eugène, sentarte el día de Navidad al lado de lady Raspa no es excusa para no volver a Parsons Manor. Pero como sé que tu terquedad se aproxima a la mula de Mongolia y, de momento, no piensas volver, he decidido venir a verte al Château de Sans-Foy.
ResponderEliminarGracias, darling. Tu presencia es para mí un bálsamo en estas horas de prueba. Espero que te hayas acordado de traerme unas botellas del jerez de Lord Parsons, para brindar a su gloriosa memoria.
EliminarMonsieur . Anoche, noche de fútbol , eché de menos sus tuitadas. Lo comenté en la red. Y la gente lloró. Que lo sepa.
ResponderEliminarEl ciego sol, la sed y la fatiga.
EliminarSeñores, ya no hay más Tuiter que valga:
al destierro con doce de los suyos
-polvo, sudor y hierro- Monsieur cabalga.