Yo soy aquel que ayer no más decía
el verso azul y la canción profana.
“Mañana le abriremos”, respondía,
para lo mismo responder mañana.
el verso azul y la canción profana.
“Mañana le abriremos”, respondía,
para lo mismo responder mañana.
-por la terrible estepa castellana-
hacia el turbio frescor de la manzana,
miré los muros de la patria mía.
¿nunca se ha de decir lo que se siente?
Érase un hombre a una nariz pegado.
Polvo seré, mas polvo enamorado,
y quien dijera lo contrario, miente.