Es Mónica Bellucci una señora
que está justo debajo del exceso
y no se traumatiza por su peso,
en estos tiempos, donde el hueso aflora.
Da gusto contemplarla, porque ahora
el culto al cuerpo nos la da con queso.
El suyo es de una fémina, y por eso
es puro gozo que la vista añora.
No es falsa ni moderna ni operada.
No es frigida ni flaca.
Es noble y oriental, como la vaca.
No vino al mundo para estar delgada,
permite que la adoren
como solía hacer Sofía Loren.
Fantástico, como de costumbre.
ResponderEliminarSagradece
ResponderEliminarNo pierde usted la forma. Bendito su estro.
ResponderEliminar"-Esas estrofas magnánimas
ResponderEliminarson dignas del estro vuestro.
-Gracias, gran señor.
-¡Las ánimas!
-Padre nuestro...
-Padre nuestro..."
(Don Mendo. Jornada primera)